jueves, 18 de noviembre de 2010

Kaitaia

Ya estoy de vuelta!

Bien, como bien dice el titulo, ahora me encuentro en la ciudad de Kaitaia (Northland) al sur de Auckland en la isla Norte, última ciudad antes de llegar al extremo Norte de Nueva Zelanda.

Despues de unos dias de incertidumbre, y viendo que el tema del trabajo en Napier, no prosperaba. Decidí irme hacia tierras inexploradas, donde la cultura Maorie, esta mas arraigada, y donde viven la mayoria de las tribus.

Al principio, estube buscando la posibilidad de realizar algún wwoofing, debido a que no recibia respuesta alguna por parte de ninguna de las ofertas de empleo a las que habia aplicado. Por suerte y casi a última hora, recibí un mensaje de Allan, gerente del Mainstreet Lodge en Kaitaia, que me decía que por fin habia una plaza vacante para trabajar en una plantación de Kumaras y de calabacines.Así pues, ni corto ni perezoso, me dirigí sin más tardanza hacia ahí.

En la mañana del domingo  , y despues de despedirme de mis compañeros. Ali, me acompaño hasta el autobus, que me llevaria desde Napier hasta Whangarei. El viaje duro 12 horas, buff!!.., con varias paradas, la mas larga de las cuales, fue en Auckland donde pude tomar mi lunch. Cuando llegué a Whangarei, tuve que esperar, a que me vinieran a recoger los del hostel, ya que precisamente, ese fin de semana, era festivo en toda NZ, y la mayoria de los hostels, del centro de la ciudad, estaban completos. Así que tuve que reservar, una habitación individual, en un hostel que estaba a las afueras de la ciudad. Pero vaya hostel!!. Piscina, jacuzzi, zona de juegos para los niños, y un largo etc de comodidades que ponian la guinda al lugar, al estar este, situado a unos 500 metros de las Whangarei Falls.

Había llegado, sobre las 7pm, y despues de tan largo viaje, lo unico que me apetecia era descansar, así que me tome un baño en el jacuzzi y me acoste, planeando para el dia siguiente, una rapida visita a las cascadas; ya que mi autobus, destino Kaitaia, partía a las 11am.

Whangarei Falls

Así hice, y mi visita a las cascadas, no duró mas de 15 min, en los que tuve que volver corriendo al hostel, para que me llevaran al autobus, puesto que, el dueño, tenía cosas que hacer y no podía dejarme mas tarde de las 10am. Una vez llegado al centro, intenté distraerme dando un paseo, pero al ser domingo y festivo estaba todo practicamente cerrado, y lo unico que pude ver, fueron un par de calles algo interesantes.

A la hora exacta, tome mi bus, rumbo Kaitaia, animado, y a la espera de lo que me iba a encontrar en mi nueva ciudad. A la hora del lunch y a medio camino de mi destino, paramos en Pahia, bonita ciudad costera, llamada la joya de Bay of Island, donde se firmo por primera vez El tratado de Waitangi. Después de tomar unas cuantas fotos y de disfrutar del entorno, me subí a mi último autobus, que esta vez y ya sin paradas, me dejo justo en frente del que iba a ser mi hogar durante un mes mas o menos.

La verdad, es que al principio, mis impresiones, no fueron del todo buenas. Kaitaia, no era mas que una pequeña ciudad (pueblo) donde una calle principal intentaba mostrar todos sus escasos encantos. De todas formas hay que decir si bien, la zona centro es mas bien pobre en areas de recreo para la vista, a medida que te vas alejando de esta, vas encontrando colinas y pastos que van cambiando un poco la percepción de la ciudad. Lo más importante, pero, es que es el punto de partida, para dirigirse a la mayoria de destinos turísticos de la región de Northland. Como pueden ser: la 90 Miles Beach, Te Paki sand dunes, o Cape Reigna (extremo norte de NZ). Al ser Kaitaia, la última ciudad del Norte, y el hostel en que me hospedo, el único de la zona. Los fines de semana, suele haber bastante movimiento.

Por otro lado y hablando del hostel, cuando llegué, y me registré, lo hice, con alemanes que viajaban juntos. Así que, a la hora de colocarnos en las habitaciones, me tocó con ellos. Como casi cada vez, que uno, se traslada a un sitio nuevo. Se necesita un tiempo de adaptación, sin sacar conclusiones precipitadas, ya que al final todo se va suavizando. Pues vereis, yo llevaba dos días con ellos en la habitación, y ya no podía más!! Practicamente se tiraban todo el rato hablando en alemán, y como ya de por sí suena rudo, me costaba estar tranquilo. A parte de que, me costaba entrar en un circulo, que parecía cerrado. Si a eso le sumamos, que el otro grupo de trabajadores que habían eran todos franceses y también hablaban en francés entre sí, yo ya no sabia que hacer!

A todo esto, había que sumarle, que el trabajo, era bastante duro (a dia de hoy sigue siendolo, pero ya estoy adaptado). Por la mañana, recogíamos calabacines y por la tarde plantábamos Kumaras; en una semana, tenía las lumbares hechas trizas, y ya había tenido, alguna que otra discusión con una compañera, un tanto altiva. Así que, ya os imaginereis; si mi idea era quedarme hasta diciembre, en ese momento, me estaba replanteando otras posibilidades.

De todas formas, como algunos ya sabreis, la adversidades, acaban por unir al pueblo. Y poco a poco, yo fuí  trabando amistad con mis compañeros alemanes; ademas de también, con otra chica alemana que llegó el mismo día que nosotros. Así que poco a poco, lo que se veía negro desde un principio, se fue tornando gris, y para la vispera de Halloween, ya eramos un grupito de amigos, a los que durante un fin de semana, se había unido Leonel, viajero argentino (entrañable amigo), que estaba terminando sus días en NZ.

A medida, que íbamos descubriendo, los alrededores de Kaitaia, se iban esfumando sus fantasmas. Las relaciones entre los colegas de trabajo, iban mejorando; y a pesar de las mil y una reglas que teníamos en el hostel, nos las ibamos apañando para pasárnoslo bien.

Nuestros anfitriones, dueños y gerentes del Mainstreet Lodge, eran un tanto quisquillosos: hora de irse a dormir, control a todas horas, sobre quien quien fregaba y quien no los utensilios de cocina, y más de una cosa, que al principio se entendía, pero que ahora raya un poco la obsesión. A pesar de eso, de vez en cuando tienen algún detalle. Como preparar un "Pizza Day" (prepararon masa de pizza, para que pusiéramos nuestros topping y las pusieron en el horno de leña) todos o casi todos los trabajadores, coincidimos que son bastante puñeteros y que el precio de las habitaciones e internet, es un tanto alto. Si lo comparamos con el resto de hostels en los que he estado.


Mis compañeros Alemanes
Allan horneando las pizzas



Centrémonos ahora en el trabajo, que fué una de los motivos más importantes, por los que vine aquí. Como ya os he contado, mi trabajo al principio, consistía en calabacines por la mañana y kumaras por la tarde. La media de horas, era de 8 al día y 40h a la semana. Cobrando 14$ por hora, que no están nada mal, comparándolos con los 12,75$ que es el mínimo en NZ. Incluso había semanas, que podía trabajar, sabados y domingos por la mañana, recogiendo calabacines (que por un lado bien, ya que te da para ahorrar, pero por otro, te consume bastante). La sorpresa de todo esto, fué un día, que uno de los encargados, me comentó si había conducido tractores anteriormente, y yo ni corto ni perezoso, le dije que sí!. La verdad, es que, no había enterado mucho de la pregunta, y cuando acabé de traducirla y entenderla, ya había respondido. De todas formas, pensé...bueno, tan solo será una pregunta curiosa. Pues va a ser que no! Ya que a los 2 días, mi jefe me comentó, que que me parecía si conducía el tractor al día siguiente para preparar el terreno en el que debíamos plantar las siguientes kumaras. Así que después de haber dicho que sí anteriormente, ahora no me podía echar para atras, por consiguiente acepté.

Vista de la cabina

Vista desde la cabina

Imaginaros, la de vueltas que tuve que dar por la red, para encontrar algún manual de conducción para camiones! Al final encontré algún que otro video, y después de, ya al día siguiente, comentarle a mi jefe que hacía mucho tiempo que no conducía un trasto de estos, el me hizo una pequeña introducción. Pues tan solo en ese día, me tiré al volante 8 horas, más otras tantas los 2 días siguientes. Fué bastante emocionante y positivo y solo puedo agradecer, la confianza que deposito David (mi jefe) en mi. Ahora ya llevo unas cuantas horas con el tractor, y ya he llevado 2 modelos diferentes, aunque bastante parecidos entre sí. Pero, aun así sigo plantando kumaras la mayoria de los días, ya que con los calabacines ya hemos terminado. Aquí os dejo un video, donde podreis ver el procedimiento que utilizamos para plantar los esquejes de kumara. Espero que disfruteis viendolo, junto a alguna de las fotos con el tractor.



A día de hoy me queda por aquí, algo más de una semana, y se que cuando me vaya, voy a hechar de menos a mas de uno. Sobretodo a uno de mis compañeros de trabajo Maorí. El se llama Desmond, de personalidad peculiar, con un gran corazón, rebelde y de ideas claras. Su amistad, me ha permitido conocer un poco más sobre su cultura. Esa cultura guerrera, libre y orgullosa, que está arraigada a su tierra, que tanto ellos respetan. El me mostro su hogar, y me ofreció su comida(ademas de su bebida, jajaja), y me atrevería a decir que cuando el hizo eso, ya me consideró parte de los suyos.

La cultura Maorí, suele destacar en su sencillez, en su camaradería, donde la familía es un todo. Y donde esta abarca más que un significado. Es una etnia, que a diferencia de sus vecinos aborigenes (Australia) se va adaptando a la colonización, pero que aún así, a veces se siente como el animal al que le dan de comer, para que no muerda. Sus costumbres, són diferentes y aunque se les respeta bastante, aún hay algunos que piensan que són incivilizados, cuando en realidad, tan solo desean que se les respete, tanto a ellos como a sus costumbres. (entrevista a una profesora Maorí, muy interesante)

Bueno con esto, os dejo hasta la proxima crónica, donde os explicaré un poco sobre algunas de mis excursiones por la zona.

Un abrazo a todos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, hijo!!!!! Felicidades por tu crónica, he disfrutado mucho leyendo tus aventuras, me parece que las Kumaras deben ser como los boniatos nuestros, no crees? y esos caballos y las ovejas están en la misma finca? A ver si ahora encuentras algún trabajo un poco mas descansado para tus hombros, Cuidate mucho hijo, ya tengo ganas de verte, muchos besos y saludos a tus compañeros.

Anónimo dijo...

Hola Domingo estamos aquí Ramón Agustín y toda la familia celebrando el cumpleaños de mi padre, hemos visto el reportaje de las kumaras ¡Qué chulo! ya nos traeras alguna para que las probemos, besos de tus primos, tus tíos y tu madre que está aquí con nosotros :g

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