Una visita muy esperada

Después de unas semanas de incertidumbre y de ansiosa espera. Al final el dia 16 de Febrero del 2011, tuve una grata visita desde el otro lado del mundo.Así es!! mi madre, que más valiente que ninguna, sin saber apenas un poquito de inglés, decidió seguir los pasos de su hijo, e ir en busca de este, para recordarle que su familia no le olvida. ¡Si es que tu lo vales, eh!

Pues vereis, la aventura transcurrió prácticamente sobre la Isla Norte.Ambos, estuvimos recorriendo Wellington, con sus jardines, iglesias y monumentos. Fetherston, donde pudimos contemplar una colonia de focas en pleno hábitat a menos de 1 metro de distancia. Visitamos amigos en la apacible y tranquila Masterton, donde el esquilado de lana es un arte y los patos hambrientos te acechan al andar. Al llegar a  Napier nos transportamos a los años 20, donde pudimos mimetizarnos entre edificios al más puro estilo Art Decó, flotar entre cientos y cientos de coches clásicos, bailar el Charlestón al son de la  música folk y hasta disfrutar de un fantastico picnic de domingo a orillas de la playa.

A todo esto y casi sin coger aire, nos desplazamos a Rotorua, área termal y volcánica, donde el olor a sulfuro o a huevos podridos, no remitió nuestras ganas de explorar la zona y saber más sobre la cultura Maorí, tan fuertemente esta enraizada. Fue ahí donde gozamos de una experiencia única al visitar uno de los poblados Maories, que nos mostró su cultura tal y como había sido cientos de años atrás y que aun sigue siendo.

De ahí, y esta no sería la primera vez en nuestro viaje que nos topábamos con un escenario de cine, pudimos contemplar el precioso pueblo de la Comarca, donde todo estaba listo para el rodaje de la nueva película de el Hobbit, y desde donde (lo siento) se nos prohibió exponer las fotografías tomadas.

Hobitton (cumplida la prohibición)

Buff!! Fueron unos días increíbles!!! donde todo podía pasar; bueno de hecho, pasó! Los problemas en el coche, no dejaron de incordiar, sumándole ahora la dificultad de viajar en autobús cargados con todo nuestro equipaje. Aún así la providencia, nos obsequió con una compañía fabulosa, durante todos estos días, que hizo que el resto de los contratiempos fueran un mal menor.

Así pues, llegamos juntos a Auckland, capital comercial de Nueva Zelanda, donde merecidamente y tras dos semanas intensas, nos embarcamos rumbo a Samoa, para poder disfrutar de una mas tranquila semana de vacaciones. Aunque eso...ya es otra historia.

Imagenes tomadas durante el Viaje