miércoles, 6 de octubre de 2010

Kaweka Ranges (Actualizado)

Apreciados lectores,

Hoy, os voy a explicar una de las aventuras que compartí con uno de mis compañeros de hostel y de trabajo, en el Kaweka Forest Park.


Los hechos, se comprenden, durante uno de los periodos en los cuales, no disponiamos de trabajo. Concretamente, fue durante la 2ª semana de Septiembre. Yo llevaba ya unos días valorando la idea de irme a la montaña, para pensar y reflexionar; sobre si continuar en Napier o dirigirme hacia otra ciudad en busca de trabajo y nuevas experiencias. Pero al comentarlo con mis compañeros, uno de estos, decidió unirse a mi viaje.
La decisión de ir al Kaweka Forest Park; fue basada en el hecho de que uno de nuestros compañeros de hostel, Chris, había estado anteriormente y nos había hablado maravillas de este. Hot springs, senderos de ensueño,cascadas, y unas vistas impresionantes de toda la bahia de Hawke's Bay.

 Yo lo tenia genial! Porque al poseer el backcountry hut pass, podía pernoctar de forma gratuita (previamente pago de 85$, por 6 meses) en cualquiera de las huts (cabañas) de dicho parque; ahorrándome esa semana los 120$ de alojamiento en el hostel. Nicolas, mi compañero, por el contrario. tuvo que abonar una pequeña cantidad en cada una de las huts, que no ascendia a mas de 5$ por noche. Excepto en una de las hutts, que tuvo que pagar un poco más.

Para partir hasta el parque forestal, tuvimos que hacer autostop. Y como siempre, tuvimos mucha suerte; ya que a los 10 minutos de caminar un rato por la carretera que se dirigia al parque, paró un granjero que apesar de llevar el coche lleno de compra y algunos que otros cacharros, no dudo en hacernos un hueco y llevarnos hasta practicamente la puerta del parque; a pesar de que esta, se alejaba un tanto de su destino.

El primer día, teniamos intencion, de llegar hasta los Hot Springs que estaban a unas 2-3 horas de distancia; y de ahí continuar hasta la primera de las cabañas. Pero al haber ascendido un buen trecho y encontrado un area de camping justo al lado de el primer Hot Spring, decidimos acampar esa noche y continuar al día siguiente.

Lo primero que acordamos antes de hacer nada, fué dirigirnos a los Hot Pools que habían en la zona. Había que descender unos 400 metros en dirección al rio, y antes de este, se encontraban las dos piscinas de políester orientadas hacia el rio.

Nico al lado de una de las Hot Pools


Advertencia, sobre la importancia de no sumergir la cabeza en  el agua termal, que hizo que tuvieramos más de una situación cómica al respecto.

La noche se presentó fria y lluviosa. Como no disponiamos de esterilla, tuvimos que abrigarnos bien para no congelarnos, así que usamos toda nuestra ropa para abrigarnos y preparamos un pequeño fuego, que nos protegió durante unas cuantas horas.


Interior del Te Puia Lodge

A la mañana siguiente, y despues de un buen desayuno, compuesto de algo de pan, cereales y leche condensada. Recogimos el campamento y nos adentramos aun más en el bosque. El sendero transcurria, sobre el cauce del río, y tras cruzar un puente colgante y caminar sobre los riscos que serpenteaban sobre su orilla, llegamos a la primera de las cabañas. Te Puia Lodge, era lo mas parecido a un hostel, que te puedes encontrar en la montaña. Disponía de 40 plazas, aprovisionadas con colchonetas, dispuestas en 2 alas de 2 pisos (20 plazas por lado), con 2 cocinas a gas y calefacción. Si esto se hallaba así, era porque esta zona era muy popular entre los cazadores, y como no, nosotros fuimos a dar con un grupo de ellos (un tanto guarros por cierto), que fueron a descansar unas horas antes de proseguir con su ruta.

Teniendo en cuenta, que tan solo habiamos caminando durante unas 3 horas, el camino se nos había hecho largo y  la lluvia, que amenazaba desde el este. Nos hizo tomar la decisión de no continuar hasta el día siguiente, pudiendo redimirnos de la noche anterior. Así que no fue, hasta la mañana siguiente, que no decidimos visitar la siguiente y última Hot Pool de la zona.

Los rayos del sol, no tardaron mucho en hacernos despertar y despues de nuestro vigorizante desayuno, nos presentmos en Mangatainoka Hot Spring. Esta vez, nos pareció mucho mas cautivador y gratificante que el anterior, así que nos deleitamos uno minutos más.


Mangatainoka Hot Spring

Ultimo tramo de ascensión, antes de llegar a Makino Hut
Al volver a la cabaña, recogimos nuestras cosas, comimos algo y después de entablar una pequeña conversación con otro grupo de excursionistas que habían visitado Mangatainoka, marchamos hacia Makino Hutt. A diferencia del tramo anterior, este se adentraba más en el bosque, dejando a unos cuantros metros de distancia el río y llevándonos a unos cientos de metros de altitud.El paisaje, iba mejorando, y con ello nuestras ganas de seguir adelante. A pesar de ello, la dificultad del trazado, también iba en aumento y aunque en un principio el tramo que cubría Te Puia con Makino, era tan solo de 1h 45min , se alargó. Y no fué hasta pasadas las 3 horas, cuando ya exáhustos y algo cabreados llegamos el hut. El camino había sido prácticamente todo el rato en ascensión y Nico, que no estaba acostumbrado a este tipo de trekkings, estuvo la mayor parte del tramo final, soltando improperios (yo no solté muchos, pero los pensaba). Fué duro, si!, pero valió la pena llegar hasta donde lo hicimos. Este tipo de experiencias, aumenta tu autoestima y te demuestra lo capaz que uno es, de hacer cualquier cosa que se propongas.


Cruce de caminos

Interior de Makino Hut




Aún así nuestro mayor reto, estaba todavía por llegar, y al día siguiente, y como de costumbre, después de nuestro merecido descanso y con las pilas cargadas de nuevo, emprendimos rumbo ha Middle Hill Hut. Si el dia anterior, nos había parecido duro, ahora nos parecía cosa de niños. Senderos sinuosos, que se abrían paso entre la espesura de los bosques; valles que tan pronto, nos acercaban a lindos o caudalosos riachuelos, como también, nos elevaban hasta las más altas llanuras, para devolvernos de nuevo a los hermosos y refrescantes bosques. Bosques, que por motivo de las incipientes lluvias, habían transformado nuestra travesía, en ardua y peligrosa. Teniamos que andar con cuatro ojos, y gracias a unos cayados que habíamos encontrado al principio de nuestra aventura, pudimos ir avanzando con cautela. En algunos tramos, estuvimos a punto de desistir, ya que las supuestas 5 horas de camino, se estaban alargando más de normal, pero pensar que para volver debíamos deshacer todo lo realizado, nos desmoralizaba aún más. Así que la única solución era, con aplomo seguir adelante, ya que nuestra aciaga providencia, no podía ir, sino a mejor.

Por suerte, aunque más que merecida, por nuestro esfuerzo, al final llegamos hasta un desvio, que nos indicaba que la siguiente cabaña, se encontraba a tan solo 5 min de distancia, y a pesar de que ahora desconfiabamos de cualquier indicación anotada por el parque, nuestra respuesta fue positiva y aunque al final tardamos mas de 10 min en llegar, la sorpresa que nos llevamos al llegar Middle Hut, valió la pena.

Habíamos estado caminando durante 8 horas, luchando contra las intermitentes llúvias, que nos dificultaban el paso, y ya por fin habíamos llegado a nuestro refugio, el cual, por cierto parecía estar habitado; ya desde lejos, nos parecio oler comida, y aunque nosotros lo achacamos a las súbitas ganas que teníamos de esta...al parecer, estábamos en lo cierto; porque rápidamente salio Posum a recibirnos.


Posum, era el perro de Hans, un hombre que rozaba los 60 si no los tenía ya, que trabajaba para el Department of Conservation, arreglando y construyendo algunas de las huts de la zona. Hans, ademas de ser escritor, había sido un explorador y alpinista consumado y se conocía toda la zona como si fuera su propia casa, así que se sorprendió bastante al vernos y nos lo hizo saber con cara de asombro. Después de tomar un té, quitarnos la ropa húmeda, recoger algo de leña para el fuego, y ponernos cómodos; estuvimos explicándole a Hans, nuestra travesía y el motivo por el cual estábamos ahí. El nos felicito por nuestra hazaña, pero también nos regaño, por nuestra osadía, puesto que, ya en diversas ocasiones, habían desaparecido turistas, que como nosotros, no se hacían cargo de los peligros que conllevaban esas montañas, donde las temperaturas variaban de forma inminente y desde donde era difícil acceder con cualquier otro medio, que no fuese a pie. El había llegado en helicóptero, y por eso iba provisto con cantidad de enseres y alimentos que le hacían la estancia mas agradable, mientras trabajaba en la reforma de la chimenea o escribía sobre su próximo libro. Nos ofreció comida y abrigos con los que pasar la noche y al día siguiente, nos despertamos  como nuevos. A pesar de todo, la noche había sido muy fría y Hans por motivos de seguridad apagó el fuego antes de que nos acostáramos; así que a media noche pudimos sentir como el frío se intentaba colar en nuestros sacos, que a excepción del de Hans, no estaban preparados para resistir temperaturas por debajo de los 0º.





Continuará...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Domi pero que bien escribes hijo si sigues así dentro de poco EL NOBEL DE LITERATURA, que por cierto este año se lo acaban de entregar a Vargas Llosa, miembro de la Real Academia Española. Un besito de tu madre que te quiere mucho

Anónimo dijo...

DOMI MOLTES FELICITATS, JA TENS 30 ANYS!!!!!!!!I VES EN COMPTE EN EL TEU SALT EN PARACAIGUDES.JA ENS EXPLICARÀS L'EXPERIÈNCIA

UN PETONET MOLT FORT DESDE BARCELONA.

ELENA

Anónimo dijo...

Muchas felicidades Domingo! Ayer vimos unas cuantas fotos de paisajes y de tu vida por Nueva Zelanda, y son impresionantes, es realmente muy bonito todo aquello. Que lo disfrutes un montón! Y hace un rato saltando con paracaidas... qué pasada! Que acabes de celebrar un feliz cumpleaños!

Un gran abrazo de tu primo Javier.

Anónimo dijo...

Domingo, lo primero FELICIDADES por tu 30 aniversario y por las experiencias que estás viviendo, pero se prudente. Ayer estuvimos viendo fotos y yo me quedé asustada de la que te tiran al vacío y además capuzón, yo no hubiese salido viva, pero a ti te quedaron ganas de tirarte en paracaídas, aprovecha tu estancia en Nueva Zelanda porque estas aventuras se viven cuando se es joven y fuerte. Cuídate mucho, Un beso de tus tíos, Felicidades....

Ramón y Amelia.

Anónimo dijo...

Hola Domingo, me acabo de enterar que ya has cumplido 30. Muchas felicidades y que sigas disfrutando de esta experiencia.
Ana

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